Procesión
Desde su fundación en 1950, la Real Cofradía de El Prendimiento participa con una representación de sus nazarenos, al igual que el resto de hermandades hellineras, en la Procesión de las Palmas de Domingo de Ramos, acompañando a la imagen de La Entrada de Jesús en Jerusalén.
Haciendo un poco de historia, podemos referenciar, que la imagen desde su llegada a Hellín hasta el año 2011, ha participado en la Procesión del Calvario Viernes Santo por la mañana, en lo que puede calificarse, como una procesión general donde puede verse toda la Pasión de Cristo.
Al finalizar la Semana Santa de 2010, por acuerdo de la Junta de Gobierno y posteriormente, por la ratificación de la Asamblea de General de la Cofradía y el Pleno de la Asociación de Cofradías y Hermandades, se decidió, que en 2011, sería la última vez en que El Prendimiento subiría al Calvario, para ajustar su desfile a las celebraciones litúrgicas principalmente.
Desde el mismo 1950 hasta 1970, participaba en la procesión de Miércoles Santo por la tarde.
También con el fin de acercarse más a lo referido en los Evangelios, desde 1971 procesiona en el día en que se produjo el Prendimiento de Nuestro Señor Jesucristo, Jueves Santo.
PROCESION DEL SILENCIO
Jueves Santo por la tarde, se celebra la Procesión del Silencio, una de las más solemnes de la Semana de Pasión en Hellín.
Iniciándose desde el Convento de los Terciarios Capuchinos, en la zona moderna de la ciudad, asciende hasta adentrarse en la zona antigua de Hellín, en un largo recorrido, donde los espectadores tienen la oportunidad de vivir momentos muy emotivos.
Son nueve las cofradías que participan, ocupando El Prendimiento la segunda posición para el desfile.
El Evangelio según San Juan, 22, 14-23, 56, narra así El Prendimiento:
Llegada la hora, se sentó Jesús con sus discípulos y les dijo:
«He deseado enormemente comer esta comida pascual con vosotros, antes de padecer, porque os digo que ya no la volveré a comer, hasta que se cumpla en el reino de Dios.»
Y, tomando una copa, pronunció la acción de gracias y dijo:
«Tomad esto, repartidlo entre vosotros; porque os digo que no beberé desde ahora del fruto de la vid, hasta que venga el reino de Dios.»
Haced esto en memoria mía
Y, tomando pan, pronunció la acción de gracias, lo partió y se lo dio, diciendo:
«Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros; haced esto en memoria mía.»
Después de cenar, hizo lo mismo con la copa, diciendo:
«Esta copa es la nueva alianza, sellada con mi sangre, que se derrama por vosotros.»
¡Ay de ése que entrega al Hijo del hombre!
Pero mirad: la mano del que me entrega está con la mía en la mesa. Porque el Hijo del hombre se va, según lo establecido; pero, ¡ay de ése que lo entrega!»
Ellos empezaron a preguntarse unos a otros quién de ellos podía ser el que iba a hacer eso.
Yo estoy en medio de vosotros como el que sirve
Los discípulos se pusieron a disputar sobre quién de ellos debía ser tenido como el primero.
Jesús les dijo:
«Los reyes de las naciones las dominan, y los que ejercen la autoridad se hacen llamar bienhechores. Vosotros no hagáis así, sino que el primero entre vosotros pórtese como el menor, y el que gobierne, como el que sirve.
Porque, ¿quién es más, el que está en la mesa o el que sirve? ¿Verdad que el que está en la mesa? Pues yo estoy en medio de vosotros como el que sirve.
Vosotros sois los que habéis perseverado conmigo en mis pruebas, y yo os transmito el reino como me lo transmitió mi Padre a mí: comeréis y beberéis a mi mesa en mi reino, y os sentaréis en tronos para regir a las doce tribus de Israel.»
Tú, cuando te recobres, da firmeza a tus hermanos Y añadió:
«Simón, Simón, mira que Satanás os ha reclamado para cribaros como trigo. Pero yo he pedido por ti, para que tu fe no se apague. Y tú, cuando te recobres, da firmeza a tus hermanos.»
Él le contesto:
– «Señor, contigo estoy dispuesto a ir incluso a la cárcel y a la muerte.»
Jesús le replicó:
«Te digo, Pedro, que no cantará hoy el gallo antes que tres veces hayas negado conocerme.»
Tiene que cumplirse en mí lo que está escrito
Y dijo a todos:
«Cuando os envié sin bolsa, ni alforja, ni sandalias, ¿os faltó algo?»
Contestaron:
«Nada.»
Él añadió:
«Pero ahora, el que tenga bolsa que la coja, y lo mismo la alforja; y el que no tiene espada, que venda su manto y compre una. Porque os aseguro que tiene que cumplirse en mí lo que está escrito: Fue contado con los malhechores.\» Lo que se refiere a mí toca a su fin.»
Ellos dijeron:
«Señor, aquí hay dos espadas.»
Él les contesto:
«Basta.»
En medio de su angustia, oraba con más insistencia.
Y salió Jesús, como de costumbre, al monte de los Olivos, y lo siguieron los discípulos. Al llegar al sitio, les dijo:
«Orad, para no caer en la tentación.»
Él se arrancó de ellos, alejándose como a un tiro de piedra y, arrodillado, oraba, diciendo:
«Padre, si quieres, aparta de mí ese cáliz; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya.»
Y se le apareció un ángel del cielo, que lo animaba. En medio de su angustia, oraba con más insistencia. Y le bajaba hasta el suelo un sudor como de gotas de sangre. Y, levantándose de la oración, fue hacia sus discípulos, los encontró dormidos por la pena, y les dijo:
«¿Por qué dormís? Levantaos y orad, para no caer en la tentación.»
«Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del hombre?
Todavía estaba hablando, cuando aparece gente; y los guiaba el llamado Judas, uno de los Doce. Y se acercó a besar a Jesús.
Jesús le dijo:
Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del hombre?»
Al darse cuenta los que estaban con él de lo que iba a pasar, dijeron:
Señor, ¿herimos con la espada?
Y uno de ellos hirió al criado del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha.
Jesús intervino, diciendo:
Dejadlo, basta.»
Y, tocándole la oreja, lo curó. Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los oficiales del templo, y a los ancianos que habían venido contra él:
¿Habéis salido con espadas y palos, como a caza de un bandido? A diario estaba en el templo con vosotros, y no me echasteis mano. Pero ésta es vuestra hora: la del poder de las tinieblas.»
Pedro, saliendo afuera, lloró amargamente.
Ellos lo prendieron, se lo llevaron y lo hicieron entrar en casa del sumo sacerdote.
Abre la Cofradía el estandarte, acompañado por los cofrades más jóvenes a los que siguen los mayores; continúan las mantillas que acompañan a la imagen, después los Acólitos turiferarios que preceden al Prendimiento; detrás del mismo los portadores de relevo, la Banda de Cornetas y Tambores, cerrando finalmente dos nazarenos de la Cofradía.
Es una procesión con un recorrido extenso, cuya duración aproximada es de cuatro horas.
Su inicio es a las 19:00 horas, discurriendo por Gran Vía, López del Oro, Melchor de Macanaz, Buenavista, El Águila, Tesifonte Gallego, Arquitecto Justo Millán Espinosa, El Rabal, El Sol, Naranjos, General Cassola, Puerta de Alí, Perier, Plaza de San Francisco, De Eras, Silvela, Alejandro Tomás, Melchor de Macanaz, Cristóbal Lozano, Plaza de España y Gran Vía.
Puede observarse un gran contraste y colorido en la tarde hellinera, donde se mezclan los diferentes tonos de las túnicas de todas las cofradías, el atardecer de la salida con la noche caída para la finalización y la variedad de calles por donde anda, amplias al comienzo así como de reducidas dimensiones a partir de la mitad de la procesión.
Dentro de las calles más estrechas, es todo un placer ver como pasa el trono que, debido a sus dimensiones, tiene que andar muy despacio e incluso se quitan algunos portadores para poder pasar, como sucede en el estrecho de los Franciscanos.
Prendimiento, símbolo y baluarte del Jueves Santo en Hellín.